date 10.12.2024
Certificado de eficiencia energética en España: puntos clave antes de la transacción.

Certificado de eficiencia energética en España: puntos clave antes de la transacción.

El certificado de eficiencia energética en España es obligatorio para la venta y el alquiler. Descubra a quién le hace falta, cómo obtenerlo y evitar multas.

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¿Para qué sirve el certificado de eficiencia energética en España?

El Certificado de Eficiencia Energética es un documento oficial que acredita el nivel de consumo de energía y de emisiones de dióxido de carbono (CO2) de un inmueble o de una parte de este. En España, juega un papel crucial en cualquier transacción inmobiliaria: sin el certificado, no es posible vender o alquilar un inmueble legalmente. El principal problema para los propietarios es el riesgo de que el notario rechace la formalización de la transacción, además de posibles multas y pérdidas de tiempo. Por su parte, los posibles compradores o inquilinos quieren asegurarse de que los gastos en electricidad, calefacción y refrigeración no sean excesivamente altos.

Hoy en día, este documento no solo tiene un valor informativo. Cuanto mejor sea la clase de eficiencia energética, más ventajosas serán las condiciones de la “hipoteca verde” y, de cara a 2030, se esperan restricciones adicionales para los inmuebles con la categoría menos eficiente (G). Por lo tanto, es importante que los propietarios tramiten el certificado a tiempo para evitar problemas con la venta o el alquiler.

¿Cuándo se necesita el certificado y qué inmuebles están exentos?

Casos obligatorios

  • Publicar un anuncio de venta o alquiler en los principales portales inmobiliarios: si no se indica la clase de eficiencia energética, el portal puede bloquear la publicación.

  • Formalizar una compraventa: el notario no autorizará la escritura si no se presenta el certificado.

  • Alquilar un inmueble (tanto a largo como a corto plazo): el certificado debe adjuntarse al contrato y se debe entregar una copia al inquilino.

  • Solicitar una “hipoteca verde” (un préstamo con condiciones especiales para inmuebles de clase A o B) en un banco: si no se presenta el certificado, la entidad financiera (por ejemplo, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria) denegará la concesión del préstamo o revisará el tipo de interés.

  • Solicitar subvenciones para obras de mejora de la eficiencia energética del inmueble: no se concederá la subvención sin un certificado en vigor.

Excepciones

  • Garajes, trasteros e inmuebles que vayan a ser demolidos o sometidos a una reforma integral. En estos casos, no se requiere el certificado.

  • Inmuebles de menos de 50 m2: en algunas comunidades autónomas, los inmuebles de estas dimensiones pueden estar exentos de la certificación.

  • Edificios de valor histórico o cultural: si la mejora de la eficiencia energética afecta a su valor arquitectónico, en ocasiones se permite no obtener el certificado. No obstante, cualquier modificación en estos inmuebles requiere una cuidadosa coordinación.

Si usted compró un inmueble hace tiempo y no tiene intención de venderlo o alquilarlo, no necesita tramitar el certificado. Sin embargo, en cuanto surja la necesidad de realizar una transacción o de solicitar una subvención para instalar placas solares, deberá encargarse de registrar el documento energético.

Clases de eficiencia energética: de la A a la G

En España, existen siete clases de eficiencia energética: A, B, C, D, E, F y G. Se diferencian por el color y por el porcentaje de consumo de energía en relación con la media.

Clases de alta eficiencia (A, B y C)

  • A (verde oscuro): el mejor indicador de consumo, no superior al 50 % de la media. Es frecuente en inmuebles de obra nueva con tecnologías modernas de ahorro energético.

  • B (verde): consume hasta la mitad de energía que un inmueble estándar. Puede incluir tanto edificios nuevos como inmuebles que hayan sido sometidos a una reforma integral.

  • C (verde claro): entre un 10 % y un 25 % más eficiente que la media; suele incluir aislamiento térmico, placas solares y un equipamiento de climatización de calidad.

Niveles de eficiencia energética medios y bajos (D, E, F y G)

  • D (amarillo): este indicador es frecuente en viviendas de mediana antigüedad. Puede incluir doble acristalamiento y aislamiento térmico básico. Suele consumir un 10 % menos que la media.

  • E (naranja claro): la clase más común en España (más del 70 % de las viviendas). Representa el nivel de consumo medio estándar.

  • F (naranja oscuro): un 25 % más de consumo de energía que la media; suele corresponder a viviendas de más de 40 años con sistemas de calefacción obsoletos.

  • G (rojo): inmuebles con la peor eficiencia energética, que a menudo requieren reformas integrales para alcanzar un nivel aceptable. Se espera que en 2030 se apliquen restricciones a la venta y el alquiler de este tipo de inmuebles.

Cómo obtener el certificado de eficiencia energética

Procedimiento general

  • Paso 1. Buscar un técnico certificador. Puede contactar con el Colegio de Arquitectos o de Aparejadores, o bien buscar un técnico certificado en internet.

  • Paso 2. Solicitar un presupuesto y concertar una visita. Es imprescindible que el técnico realice una inspección presencial del inmueble.

  • Paso 3. Realizar la auditoría energética. El técnico examinará el aislamiento térmico del inmueble, los sistemas de calefacción y refrigeración, y otros parámetros para calcular las emisiones de CO2 y el nivel de consumo de energía.

  • Paso 4. Recibir el informe y las recomendaciones. Para los cálculos, se utiliza un software reconocido oficialmente por el Ministerio de Industria. El informe incluirá recomendaciones para mejorar la clase de eficiencia energética.

  • Paso 5. Registro. Una vez registrado el certificado en el registro autonómico, el propietario recibirá el original.

Vigencia y renovación

En la mayoría de los casos, el certificado tiene una validez de 10 años. Para la clase G, la validez se reduce a 5 años para incentivar al propietario a realizar mejoras. Si se realizan reformas importantes en el inmueble para mejorar sus características térmicas, es aconsejable tramitar un nuevo certificado para reflejar la nueva clase y facilitar futuras transacciones.

Coste y sanciones

El precio de la certificación depende de la superficie y de la comunidad autónoma, y suele oscilar entre 60 y 130 euros para pisos (50-100 m2) y entre 200 y 300 euros para viviendas unifamiliares grandes. Además, en algunas comunidades autónomas se debe abonar una tasa de entre 5 y 15 euros. Una referencia habitual es de 1,5 euros por cada m2.

  • Infracciones leves (multa de 300 a 600 euros): incumplimiento de los requisitos mínimos (por ejemplo, no indicar la clase en el anuncio).

  • Infracciones graves (multa de 601 a 1000 euros): no entregar el certificado al comprador o al inquilino.

  • Infracciones muy graves (multa de 1001 a 6000 euros): falsificación o ausencia total del documento en una compraventa.

Aspectos adicionales: ITE y certificaciones globales

En el caso de los edificios de viviendas, también puede ser necesaria la ITE (Inspección Técnica de Edificios), que se realiza cada 10 años (los plazos exactos los determina cada comunidad autónoma). Al vender un piso, a veces es necesario acreditar que el edificio ha pasado la inspección técnica. Además, en los países europeos están ganando popularidad los certificados internacionales LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), BREEAM (Método de Evaluación Ambiental de Establecimientos de Investigación de Edificios) y “Passivhaus” (un concepto para edificios con un consumo de energía casi nulo). Sin embargo, en España, para la mayoría de las transacciones, el certificado nacional de eficiencia energética sigue siendo el documento determinante.

Conclusión

El certificado de eficiencia energética es un elemento obligatorio en cualquier transacción inmobiliaria legal en España. Los propietarios que obtienen el documento a tiempo reducen el riesgo de multas, acceden a “hipotecas verdes” y aumentan el atractivo de su vivienda en el mercado. Por su parte, los compradores pueden evaluar los posibles gastos energéticos y planificar la modernización con antelación. Teniendo en cuenta que en 2030 podrían aplicarse restricciones adicionales a los edificios de clase G, conviene anticiparse y mejorar la eficiencia energética. De este modo, se preservará el valor del inmueble y la tranquilidad del propietario.

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